Existen estrategias para la prevención de este problema que se pueden aplicar en casa:
Para los lactantes y niños pequeños:
- lactancia exclusivamente materna
- evitar añadir azúcares y almidones a la leche artificial
- no obligar al niño a dejar el plato completamente vacío y respetar su nivel de regulación de ingesta
- otorgarles los nutrientes necesarios para su óptimo desarrollo
Para niños y adolescentes:
- brindar un desayuno saludable antes de acudir a la escuela
- darles refrigerios saludables (cereales integrales, hortalizas, frutas)
- reducir la ingesta de alimentos ricos en calorías y pobres en micronutrientes (refrigerios envasados)
- hacer lo posible porque las comidas se hagan en familia (en casa y no en la calle)
- reducir la exposición a las prácticas sedentarias (por ejemplo, reducir el tiempo dedicado a ver televisión)
- proporcionar información y aptitudes para que puedan elegir opciones alimentarias saludables.
- aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos
- disminuir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas.
- disminuir la ingesta de azúcares, y realizar actividad física adecuada en tiempo y forma para los infantes, como salir a dar un paseo a pie o realizar juegos activos en familia.
En la lucha contra la epidemia de obesidad infantil. Los padres pueden influir en el comportamiento de sus hijos poniendo a su disposición en el hogar bebidas y alimentos saludables y apoyando y alentando la actividad física.
Al mismo tiempo, se recomienda a los padres que tengan un estilo de vida saludable y lo fomenten, puesto que el comportamiento de los niños suele modelarse a través de la observación y la adaptación.
El papel de las escuelas también es importante en la estrategia de la prevención:
La promoción de las dietas saludables y la actividad física en la escuela es fundamental en la lucha contra la epidemia de obesidad infantil. Como los niños y los adolescentes pasan una parte importante de su vida en la escuela, el entorno escolar es ideal para obtener conocimientos sobre opciones dietéticas saludables y la actividad física.
- ofrecer la orientación y enseñar el objetivo del plato del buen comer para que lo apliquen en su desayuno, almuerzo o refrigerios.
- tener máquinas expendedoras que solo vendan alimentos saludables, como agua, leche, frutas y verduras, sándwiches y refrigerios con pocas grasas.
- garantizar que los alimentos servidos en las escuelas cumplan requisitos nutricionales mínimos.
- ofrecer a los estudiantes y al personal servicios de salud escolar que ayuden a fomentar la salud y el bienestar, así como a prevenir, reducir, seguir, tratar y derivar los problemas de salud o trastornos importantes.
- usar los jardines de la escuela como instrumento para concienciar a los alumnos sobre el origen de los alimentos.
- ofrecer clases diarias de educación física con actividades variadas adaptadas a las necesidades, intereses y capacidades del máximo número de estudiantes
- ofrecer actividades extracurriculares: deportes y programas no competitivos (recreos activos)
La Organización Mundial de la Salud
Como se indica en la Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud, la OMS ofrece liderazgo y recomendaciones basadas en datos probatorios, y fomenta las acciones internacionales para mejorar las prácticas dietéticas y aumentar la actividad física, tales como:
La celebración de debates con la industria alimentaria transnacional y el sector privado en apoyo de los objetivos de la Estrategia y de la aplicación de las recomendaciones en los países.
El apoyo a la ejecución de los programas a petición de los Estados Miembros.
El apoyo y la promoción de la investigación en áreas prioritarias para facilitar la aplicación y evaluación del programa, en estrecha colaboración con las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otros órganos intergubernamentales (FAO, UNESCO, UNICEF, Universidad de las Naciones Unidas, etc.), institutos de investigación y otros asociados.
La colaboración con la FAO y otras organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y los institutos de investigación en su evaluación de las repercusiones de la Estrategia en otros sectores.
La continuación del trabajo conjunto con los Centros Colaboradores de la OMS para crear redes de aumento de la capacidad en materia de investigación y formación, la movilización de contribuciones de las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil, y la facilitación de investigaciones colaborativas y coordinadas sobre las necesidades de los países en desarrollo en materia de aplicación de la Estrategia.
La obesidad es más que una cuestión estética, es una enfermedad que puede llegar a complicarse, siendo el factor principal para desarrollar diabetes tipo II en el país. Se debe hacer una mejor difusión de la necesidad de una dieta sana y una conciencia social sobre la conducta sedentaria y estimular tanto en los niños y adolescentes, así como, en los padres la cultura del deporte.
La occidentalización del estilo de vida, es decir, las dietas ricas en grasas saturadas y carbohidratos, aunado a la influencia de los medios electrónicos es la principal causa de una vida sedentaria. Conocer el problema es el primer paso para resolverlo, sin embargo, la información existente sobre obesidad infantil no es tan amplia comparada con la que se presenta en la enfermedad adulta, por lo que es necesario que los profesionales de la salud desarrollen estrategias encaminadas a prevenir la enfermedad en las primeras etapas de vida.
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